Una salsa de chocolate casera es el complemento perfecto para una variedad de postres, desde helados hasta pasteles y frutas. Aquí te dejo una receta simple y rápida que puedes preparar en unos pocos minutos:
Ingredientes:
1 taza (240 ml) de crema de leche (nata líquida)
1 taza (175 g) de chispas de chocolate o chocolate picado
2 cucharadas (30 g) de mantequilla
2 cucharadas de azúcar (opcional, ajusta según tu preferencia)
1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
Instrucciones:
Calentar la crema:
En una olla pequeña, calienta la crema de leche a fuego medio hasta que esté casi hirviendo, pero sin dejar que llegue a ebullición.
Derretir el chocolate:
Retira la olla del fuego y añade las chispas de chocolate o el chocolate picado. Deja que repose sin remover por un minuto para que el calor de la crema comience a derretir el chocolate.
Después de un minuto, comienza a mezclar suavemente con una espátula o batidor hasta que el chocolate esté completamente fundido y la mezcla sea homogénea.
Agregar mantequilla y saborizantes:
Añade la mantequilla y sigue mezclando hasta que se derrita completamente y se integre bien con el chocolate.
Si decides usar azúcar, añádela en este punto y mezcla hasta que se disuelva completamente.
Incorpora el extracto de vainilla para darle un toque extra de sabor, si lo estás usando.
Enfriar y servir:
Deja que la salsa de chocolate se enfríe un poco si la vas a servir caliente. Esto espesará un poco más la salsa.
Si prefieres usarla fría, permite que se enfríe a temperatura ambiente y luego refrigérala. Puedes recalentarla suavemente en el microondas o en una cacerola si se ha espesado demasiado después de enfriar.
Esta salsa de chocolate es increíblemente versátil y puede ser usada de inmediato o almacenada en el refrigerador durante varios días. Es perfecta para verter sobre helado, usar como dip para frutas, o incluso como un glaseado rápido para pasteles y cupcakes. ¡Disfruta de este delicioso y sencillo aderezo que seguro añadirá un toque especial a tus postres!